martes, 10 de febrero de 2015
Quisiera decir que volví en un título agradable, pero es un escrito desesperado.
4:29 a.m.
En este mismo instante desearía que hubiese frío, que estuviésemos en julio, junio, o algo así, que lloviera, tuviera algo caliente que tomar y alguien con quien tener una conversación, se me hace infinitamente difícil escribir esto porque solo quiero cerrar los ojos. Tengo un infinito dolor en el pecho, no sé si es angustia o alguna clase extraña de nostalgia que no había experimentado nunca antes. Las cosas no han ido bien, pero prefiero seguir pensando que la vida me sonríe.
Tengo nauseas, unas ganas de vomitar horrible, sé a que se debe, lo sé bien, y tengo miedo, porque era capítulo cerrado. Pero extrañamente todos los libros que creía perdidos comenzaron a reabrirse como por alguna inercia mágica proveniente del cielo. Estoy sola.
Sola.
Ahora mismo podría darme vuelta y abrazar al gato, intentar dormir y contentarme con la idea de que en dos días mis vacaciones comienzan y podré caminar por la playa, y renovar mis pulmones con aire de otro lugar. Pero no puedo simplemente dejarlo todo atrás...
Mi mejor amiga se tiró a mi cuasi ex y es una total zorra, mi padrastro y mi mamá no tienen fecha de caducidad, volvió Colón y siendo muy inteligente y totaaaaaaaalmente poco sentimental, se la compré y ahora lo odio también a el.
Una vez, hace un tiempo el y yo eramos completos desconocidos. Nos quisieron presentar, pero yo siempre era indiferente a los hombres, creo que porque desde chica siempre supe que no podía controlar mis emociones y quería tener el control de todo. Fueron dos ocasiones, ni siquiera lo aprecié, nada, yo solo sabía de un rubio alto que tocaba la guitarra y sin conocerlo ya me parecía odioso. ¿Porqué? Ni idea, tal vez una parte de mi sabía lo que pasaría tiempo después.
Pasaron años, dos o tal vez tres antes de que nos toparamos frente a frente... no puedo seguir escribiendo, quisiera hacerlo.
Pero no puedo, las nauseas me matan y prefiero dormir. O quisiera tener un vaso de algo fuerte que me haga cerrar los ojos, o una cajetilla de cigarros o una buena compañía y un abrazo. Quisiera tenerle aquí. Porque nadie está ahora, porqué.
Prefiero hacerlo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario